La invasión rusa a Ucrania ha afectado los precios directos de algunos productos, así como el futuro de la producción o distribución de alimentos, además de despertar en el mundo el temor de volver a perder su suministro de chips.
Ucrania ha demostrado ser uno de los principales productores de gas neón, que es esencial para los láseres que se utilizan en la fabricación de chips.
También suministra el 90 por ciento de los letreros de neón (chips) de grado semiconductor en los EE. UU., según la firma analista Techcet.
Otro punto a considerar es que alrededor del 35% del paladio, un metal raro que también se usa en la fabricación de chips, proviene de Rusia.
Como resultado, JPMorgan Chase informa que un conflicto masivo que interrumpa las exportaciones de estos materiales podría afectar a empresas como Intel, que fabrica alrededor del 50 por ciento de sus luces de neón en Europa del Este.
Escasez de chips
Por otro lado, ASML, que suministra máquinas a fabricantes de semiconductores, obtiene menos del 20 por ciento del gas que utiliza de países afectados por crisis.
Las empresas pueden, o más bien tendrán que recurrir a China, Estados Unidos y Canadá para aumentar la oferta. Pero podría ser un camino lento, advierte JPMorgan
Si bien la industria de fabricación de chips pudo hacer frente al aumento de los precios del neón provocado por la crisis de Crimea de 2014, el conflicto actual parece ser mucho mayor.
Materia prima
Si bien muchas empresas están buscando formas de instalar nuevas fábricas de chips en todo el mundo, estas no serán la solución si las materias primas (gas en este caso) no están disponibles.
Como resultado, el conflicto entre los dos países que proporcionan las herramientas básicas para la producción de semiconductores significa que las industrias que dependen demasiado del producto podrían sufrir.